La mayoría de las personas tienen mucha facilidad para hacer amigos y relacionarse con los demás, Suelen creer que saben elegir a sus amigos, diferenciar las malas y las buenas influencias. Pero he visto innumerables veces como personas “sensibles” herían sin más los sentimientos ajenos. He visto a personas “francas y sinceras” esgrimir sin darse cuenta las excusas que más les convenías. He visto cómo personas que “le leían el pensamiento a la gente” eran engañadas por los halagos más burdos.
. Cuanto más pienso en ello, más reacia soy a hablar de mí misma y de expresar mis sentimientos.
Quizá se deba a eso, pero me he habituado a alzar una fortaleza invisible entre mí misma y las demás personas. Empecé a tomar una distancia perpetua ante el otro, fuera quien fuese, y a mantenerla mientras estudiaba mi actitud, su actitud y al entorno. Aprendí a no creerme todo lo que la gente dice, que vemos solo caretas y máscaras, y que el gran problema de las personas de buen corazón,.. es que creen que los demás también son así.
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